EL RUMBO DE LA HISTORIA

EL RUMBO DE LA HISTORIA

sábado, 27 de agosto de 2016

La misteriosa escultura esquimal de la isla de Baffin.

En 1972 se produjo un hallazgo bastante sorprendente durante las excavaciones de unas ruinas de los inuit en la isla de Baffin (Canadá). La imagen encontrada no se correspondía a la de ningún habitante de la América de antes de Cristóbal Colón, ya que se dató entre los siglos XIII y XIV. La arqueóloga Debora Sabo era la directora de la excavación.



 
 



La figura humana representada lleva una larga túnica con una capucha que cubre la cabeza. No se parece en nada al atuendo que solían llevar los esquimales o inuit.

Lo más sorprendente de la escultura, y que no se aprecia a simple vista, es la cruz que esta impresa en la zona correspondiente al pecho del hombre representado.







Es decir, se trata de la representación de un sacerdote cristiano en América, antes de que los españoles cruzaran el océano Atlántico y empezaran a colonizar el continente.

La explicación que es dada a esta magnífica talla en marfil, y que es bastante desconocida por cierto, no es nada rocambolesca, siendo bastante plausible. Como todo el mundo conoce, los vikingos descubrieron y colonizaron algunas zonas de Groenlandia a finales del siglo X. Durante 500 años vivieron en esa remota y helada isla, desapareciendo, y sin saber porque, aquellos asentamientos humanos hacia la era de los grandes descubrimientos de los siglos XV y XVI realizados por España y Portugal.

Como en las colonias había carencia de ciertas materias primas esenciales, como la madera y el hierro, los groenlandeses debían o bien comerciar con Noruega, que es de donde eran originarios loa primeros colonizadores, o hacían viajes a zonas próximas, como era la isla de Baffin, para proveerse de ella.

Anteriormente, a principios del siglo XI, los vikingos habían intentado establecer colonias en América del norte, pero fracasaron ante la competencia de los indígenas, que fue origen de disputas y muertes (hay documentados enfrentamientos mortales entre ambas comunidades).







Aunque los viajeros nórdicos desistieron de asentarse definitivamente en el continente americano (y así cambiar la historia), no abandonaron los viajes ocasionales para proveerse de la ansiada madera, material de construcción imprescindible para construir barcos, viviendas y una gran multitud de herramientas.

El viajero que ha llegado hasta nuestros días sería uno de aquellos visitantes, con sus hábitos y su crucifijo en el pecho, que acompañaría a los esforzados nórdicos, y que a lo mejor tendría la voluntad de captar nuevas "almas" a la Iglesia de Roma; no hay que olvidar que aquellos nórdicos escandinavos ya no eran paganos devotos de Odín, ni eran vikingos.



Imágenes y fuente: Beachcombing´s bizarre history blog.