EL RUMBO DE LA HISTORIA

EL RUMBO DE LA HISTORIA

jueves, 20 de febrero de 2014

El decálogo del buen vikingo.

Los que voy a poner a continuación serían los diez consejos que le daría un experimentado jefe vikingo  a uno novato que se va a embarcar en su primera expedición. Es una idealización mía basándome en la Historia, Arqueología y en las sagas.





1º Cuando estés navegando por el mar y no puedas guiarte porque esté nublado y no puedas ver el sol, ¿qué puedes usar para conducir tu barco sin perderte?

El vikingo viejo le diría al joven: usa una piedra solar. Algunas sagas nos dicen que los vikingos tenían piedras solares para orientarse en los días nublados. Así, según en una de ellas, el rey Olaf "agarró una piedra del sol, miró al cielo y vio de donde vino la luz, de la que supuso la posición del Sol invisible".

Los investigadores piensan que los hombres del norte usaban ciertas piedras con una característica especial, la birrefringerancia. Así, la cordierita, que es abundante en Noruega, y el espato, que se encuentra en Islandia, pueden ser útiles para orientarse cuando los días nublados impiden ver donde se encuentra el sol. El problema es que nunca se han encontrado estos minerales en contextos arqueológicos de la era vikinga y, por tanto, no se puede asegurar que realmente los llegaran a usar alguna vez en sus navegaciones.

2º Si te encuentras una flota enemiga que busca el enfrentamiento naval con la tuya, ¿cómo afrontarías el combate?

Debes atacar el barco enemigo con la tripulación más fuerte, que será adonde vaya el jefe de tu enemigo, con tu mejor nave. Si logras vencerlo ganarás la batalla, ya que el resto de los buques abandonará, probablemente la lucha.

En la batalla del fiordo de Hafrs (hacia el 872), el rey Harald el Rubio derrotó a una alianza de jefes vikingos, para convertirse en rey de toda Noruega. En su propia nave contaba con un grupo de guerreros de élite escogidos de entre los mejores ocupando la proa de la nave; además, había otro grupo de temibles bersekers. Harald se acercó al barco donde se encontraba uno de los principales líderes de la flota enemiga, Thorir el de la Larga Barba, que no pudo resistir la acometida enemiga. Con su derrota, en los primeros compases del enfrentamiento, el resto decidió rendirse concediendo la victoria al rey Harald.

3º Cuando remontes un río navegable, y te encuentres con un puente que está a una altura que impide que los barcos puedan pasar debajo de dicha construcción, ¿qué es lo que puedes hacer para poder continuar la navegación?

El veterano le diría al joven: desmonta el mástil y así podrás pasar por debajo del puente sin problemas.

Las naves vikingas sólo tenían un mástil y era desmontable. Al quitarlo, la altura del barco sería lo bastante baja como para poder pasar por debajo de cualquier puente.





4º Si siguieras remontando el río y te das cuenta de que no merece la pena continuar, y decides volver por donde has venido, ¿darías la vuelta al barco para orientarte en la dirección contraria?

No haría falta, pues los barcos vikingos eran iguales en ambos lados. Sería suficiente conque los remeros cambiaran de posición y manejaran los remos en el sentido contrario, sin necesidad de rotar el barco al ser este prácticamente simétrico desde el eje transversal.

5º Si has remontado el río y ves que no puedes seguir avanzando, y observas que hay otro río cercano que es navegable, y lo puedes aprovechar para continuar con tu objetivo marcado, ¿qué puedes hacer?

Saca el barco del agua y avanza por tierra, ayudándote del rodamiento de troncos de árbol que se pueden colocar bajo el casco, empujando el barco hasta el próximo río.

Los barcos vikingos eran tan poco pesados que su misma tripulación podían llevarlos campo a través.

6º Cuando desembarques con las tropas en la tierra que pretendes saquear o conquistar procura avanzar lo más rápidamente hacia los puentes y pasos estrechos para defenderlos de un posible contraataque enemigo, ya que con pocos hombres podrás dominarlos fácilmente.

En la batalla de Maldon (991), entre un ejército local, al mando del héroe sajón Byrhtnoth, y otro vikingo recién desembarcado dirigido por Olaf Tryggvason, bastaron tres guerreros sajones para defender un paso estrecho que impedía a los vikingos seguir avanzando.

Aparte, en la batalla de Stamford Bridge (1066), un único guerrero vikingo pudo contener él solo al ejército sajón de Harald Godwinson durante una hora en el puente de Stamford, mientras el resto del ejército vikingo se apresuraba a prepararse para la batalla. Cuando un soldado inglés pudo encontrar la manera de atravesar el río, se acercó por la retaguardia del enorme berseker y le dio muerte, pudiendo el resto de las tropas pasar por el puente.

7º Procura luchar en una batalla en el lado que más te convenga en ese momento. Un buen vikingo no conoce más amigo que su propio interés, y no tengas inconveniente en luchar al lado de un sajón contra otro vikingo si eso te beneficia de algún modo.

En la gran batalla de Brunanburh (937), hubo vikingos que lucharon al servicio del rey sajón (como el bardo y berseker Egil Skallagrimson) Athelstan (nieto de Alfredo el Grande), contra una coalición de escoceses, britanos y vikingos irlandeses y de York. El resultado fue la derrota de la coalición, donde murieron siete condes vikingos. Del otro bando murió, entre otros, el hermano de Egil, Thorolf Skallagrimson.

8º Cuando quieras tomar una ciudad, procura hacerlo a una que esté a medio construir y con poca guarnición. Si no te queda otro remedio que hacerlo en una que esté bien fortificada, usa todo el ingenio que poseas para poder hacerlo.

Un ejército vikingo tomó la ciudad de Andraedsweald (Inglaterra) en el 892. Estaba a medio construir y las levas que estaban allí ayudando a la construcción estaban mal armadas, por lo que a los vikingos no les costó mucho la empresa.

En cambio, a la hora de conquistar ciudades fortificadas, a los jefes vikingos no les faltaba imaginación. Así, Bjorn Ragnarsson (uno de supuestos hijos del célebre Ragnar Lothbrok) quiso conquistar la muy defendida ciudad de Luni (en la actual Italia), se le ocurrió la idea de hacerse pasar por muerto, y que quería ser enterrado en un lugar cristiano. De esta manera, un séquito de sus hombres desarmados accedió a entrar en la ciudad con su supuesto cadáver en un ataúd. Una vez dentro de la ciudad, destapó la tapa y entregó las armas que estaban ocultas a los hombres que habían accedido al recinto; de esa manera cayó la ciudad.

Otro plan ingenioso fue el que uso Harald Hardrada para tomar una ciudad de Sicilia. Ató a las patas de unos gorriones pequeños trozos de madera con ciertas sustancias inflamables y les prendió fuego. Los pobres animales buscaron refugio enseguida en sus nidos propagando el fuego a los techos de las casas de la ciudad y, después, al resto de la misma. De esa forma los habitantes de la urbe se rindieron.



9º Cuando hayas desembarcado en un país extranjero no te confíes nunca y permanece prevenido; nunca podrás saber bien lo cerca que puede estar el enemigo.

Cuando los vikingos noruegos al mando de Harald Hardrada desembarcaron en el norte de Inglaterra, y tras vencer a las levas locales en la batalla de Fulford, descansaron y se quitaron las cotas de malla pensando que el rey sajón Harold se encontraba lo suficientemente lejos para encontrarse con ellos en una batalla campal. El inglés obligó a sus tropas a marchar de una manera forzada (recorrieron 200 km en tan sólo 5 días) la distancia desde Londres hasta York, atacando de forma inmediata a el ejército vikingo que no esperaba el ataque. Como no tenían las cotas de malla puestas, a los sajones no les costó mucho vencer. El mismo rey noruego Harold murió en el enfrentamiento.

10º Si vas afrontar una batalla campal usa la formación de "muros de escudos". Intenta evitar el enfrentamiento contra una importante fuerza de caballería y, si es posible, da un poderoso golpe de mano cuando el enemigo menos de lo espere.

La táctica habitual de los ejércitos de la época vikinga era formar solapando los escudos. De esta manera formaban una especie de falange que era muy difícil de romper si estaba bien organizada. Los ataques de caballería no eran muy habituales, y los vikingos, en especial, no combatían a caballo, que lo usaban para el transporte veloz de tropas. Cuando combatían contra una fuerza montada, los vikingos solían perder el combate, como en la batalla de Saucourt (881) contra los francos.

Con respecto al ataque al palacio real de Chippenham (878) en pleno invierno, cuando el ejército sajón estaba desmovilizado, en una época de festividad religiosa, fue un golpe maestro y devastador que casi acaba con la independencia de la Inglaterra anglosajona. Alfredo el Grande tuvo que refugiarse en los pantanos de Somerset, desde donde empezó la larga guerra que expulsaría a los vikingos de Inglaterra.

 Por último, cuando te hayas hecho rico, y ya seas viejo y hallas perdido las ganas de hacer el vikingo, entierra tu tesoro y asegúrate de que nadie sepa donde lo has escondido.

En la edad moderna han aparecido diversos tesoros de metales valiosos en algunas partes de Inglaterra y Escandinavia pertenecientes a vikingos que los enterraron con la confianza de que algún día lo iban a recuperar. El famoso vikingo Egil Skallagrimson, enterró un magnífico tesoro de plata en cierto lugar de Islandia, matando, después, al siervo que le había ayudado a excavar el escondrijo.


Tesoro vikingo hallado en Inglaterra en 2007.


El vikingo viejo le diría al final que si siguiera todos sus consejos al final sería un hombre rico y lleno de aventuras que contar. Que no le faltarían mujeres, que viviría en una gran casa, llena de esclavos y con docenas de nietos, y que algún escaldo cantaría sus hazañas...

Aunque, es posible que el joven pensara que el destino de un auténtico vikingo es morir en la batalla, con la espada en la mano para entrar en el salón de los guerreros valerosos y tomar cerveza e hidromiel con Odín.

Bibliografía consultada:
-Anglo-Saxon Thegn AD 449-1066, de Mark Harrison.
-Viking Hersir 793-1066 AD., de Mark Harrison.
-El azote del Norte: Vikingos, de Ian Heath.