EL RUMBO DE LA HISTORIA

EL RUMBO DE LA HISTORIA

viernes, 16 de mayo de 2014

Cristina de Pizan, la gran escritora medieval.

Aunque nació en Venecia (1365), ella vivió casi toda su vida en Francia. Su padre era astrólogo y físico en la corte del rey Carlos V. En 1379 se casó con un noble, Etienne de Castel, pero pronto perdería a ambos, a sus queridos padre y marido, encontrándose sola y con dos hijos pequeños y muy escasos ingresos. Ella había sido bien educada cuando era niña y nunca dejó de leer con avidez. Al principio se ganó la vida copiando manuscritos, aunque luego empezó a componer sus propias obras, convirtiéndose en uno de los más respetados autores de la Edad Media. Aunque escribió acerca de muy diversos temas, es interesante desde el punto de vista historiográfico, ya que vivió muy de cerca el conflicto que es llamado la Guerra de los Cien Años.

En 1404 tuvo el encargo de escribir una biografía del rey de Francia Carlos V, que ya había fallecido, que se tituló Los hechos y buenas maneras del rey Carlos el Sabio. En la obra, que contiene una serie de alabanzas a dicho monarca, elogia igualmente los ejércitos franceses, la sabiduría del dirigente para evitar combates innecesarios, y observa lo fatal que puede ser que el ejército se quedara sin dirigente en el fragor de la lucha.


Cristina de Pizan enseñando a su hijo.
 

Cristina refleja muy bien en su obra el desgarrador impacto que tuvo la guerra en toda la sociedad civil de la Francia medieval. Esto se observa perfectamente en la carta que dirigió a la reina Isabel, la esposa de Carlos VI, en 1405; le urgió a la reina en curar la enfermedad y la división del reino (la guerra de los Cien Años no sólo fue una guerra de Francia contra el invasor inglés, también fue un conflicto civil).

La enorme debacle que supuso la derrota de Agincourt (1415) frente a las tropas inglesas, hizo que Cristina escribiera un trabajo de espiritual consolación: La Carta de la Prisión de la Vida Humana, dirigida a Marie de Berry, hija del duque de Berry. La carta era un estímulo, ante la gran pena que había supuesto la derrota en la batalla, y la muerte y el cautiverio de los amados para las damas de Francia. Marie perdió a su hijastro, el conde de Nevers, muerto en combate, y a su marido e hijo, que fueron capturados.

En el verano de 1418, los borgoñones (aliados de Inglaterra) entraron en París. Cristina tuvo que huir, y se refugió en la abadía de Poissy, donde su hija era monja. Su hijo John fue al sur con el Delfín y murió en el exilio. Pero Cristina pudo ver con optimismo como cambiaba el curso de la guerra.

Ella empieza la descripción de  la coronación de Carlos VII como rey de Francia en 1429 diciendo que el sol había empezado de nuevo a brillar...

Ella celebró la victoria de Juana de Arco en Orleans y la coronación del rey en su última obra conocida, El Cuento de Juana de Arco, donde considera que Juana salvó el reino, pero también se acuerda de los hombres leales que iban con ella. Cristina comparó a la anterior con las heroínas del Antiguo Testamento, y predijo que ella guiaría a Carlos VII a la última victoria, la conquista de Tierra Santa.


Cristina fue contemporánea de la heroína francesa Juana de Arco, a la que le dedicó su última obra conocida.


Cristina expone en su obra un profundo interés por la guerra, que destaca en El libro de Hechos de Armas y de Caballería, escrito en 1410, probablemente por encargo de Juan Sin Miedo, el duque de Borgoña. No hay ningún precedente conocido de que una mujer escribiera un tratado militar. Aunque la obra le debe mucho a una obra de 1386 de Honoré de Bonet, y al manual romano del siglo IV de Vegecio, De re militari, Cristina aporta su propia perspectiva. Por ejemplo, ella rememora la batalla Roosebeke (1382) cuando los franceses derrotaron a los ciudadanos flamencos, y da muchos detalles del equipamiento necesario para la defensa de una fortaleza.

Cristina de Pizan murió 1430. Fue una gran mujer que supo ganarse la vida escribiendo, en una época que parece impensable, la Edad Media. Sin duda ha sido una de las pionera de todas las escritoras que le han precedido.




Artículo extraído del libro The Hundred Year´s War, de Anne Curry.